miércoles, 23 de noviembre de 2011

Kyra Galván o el pecado de la inteligencia

Kyra Galván. Foto: María Meléndrez Parada. La Jornada
Por María García Esperón

Kyra Galván es mexicana, economista, traductora, poeta y escritora. Una mujer inteligente engarzada en la contemporaneidad de un país complejo como pocos, que aborda la verdadera y pecaminosa historia de la monja más célebre  después o a la par que Teresa de Ávila: la jerónima Juana de Asbaje, mexicana, científica, lingüista, poeta y escritora. 

Los indecibles pecados de Sor Juana, publicado por Planeta en la serie de novela histórica MR en septiembre 2010 es una historia verdadera. Porque es un camino que la inteligencia ha emprendido para expresar la esencia del "objeto-sujeto" de su andadura. Una monja escritora y famosa en pleno siglo XVII mexicano. Pecaminosa la historia porque tanto la investigación como la connaturalidad afectiva con que procede la artista Kyra Galván para develar la verdad de su objeto-sujeto revela que la monja rompió con la pobreza, la obediencia y la castidad de su condición religiosa, observando -y esto estaría por verse- solamente el voto de clausura.

Una gran erudición tiene este libro en sus cimientos. Pero en ningún momento se antoja pedante ni pomposo. El encanto, aire de los grandes maestros del género, atraviesa cada página otorgando el conocimiento en bocanadas de deleite. El lector verá desfilar al marqués de Mancera y a Leonor Carreto, a María Luisa Manrique y a don Carlos Sigüenza como si fueran sus conocidos de todos los días. La voz narradora de la sobrina de Sor Juana, Sor Isabel María tiene un misterio inquietante, parece salida de la tumba recién abierta de una reclusa en San Jerónimo y es una muerta tan viva como solamente puede ocurrir en el México de Rulfo, de Posada, de noviembre y de Mixquic. 

Macabra y humorista, envidiosa y leal, sentimental y colérica, Sor Isabel María es la autora de estas revelaciones conmovedoras sobre la personalidad de la jerónima, que lee la protagonista femenina, Laura Ulloa, en el curso de una investigación para un posgrado en Sevilla. 

Retrato de Sor Juana
Miguel Cabrera
Juana-Isabel-Laura-Kyra: cadena platónica de voces que se complementan y extrapolan, que juegan en el tiempo y con el tiempo, que pelean desde la condición femenina, que denuncian a los poderes, que se enfrentan a ellos, que saben ganar y que saben perder. Pasa la Inquisición y la sombra de Galileo. Pasa la Iglesia  y de nuevo el poder para castigar el único pecado que no puede perdonarse, el que es verdaderamente indecible, el que justifica la persecución y el soborno y la tortura: el pecado de la inteligencia.

Muerta Sor Juana, el sistema la eleva a los altares. Se estudia y no se lee. Se analiza y no se vive. Se santifica y fija y pule esplendorosa. Pero su grito, cuando emerge, se apaga, se ignora y se ahoga. Cuando entre nosotros una mujer o un hombre demuestra de algún modo una inteligencia excepcional el grupo reacciona apagándolo: ¿Cómo te atreves? Todos somos igualmente peores y tú el peor o la peor de todos. Sólo los pobres de espíritu van al cielo. Lo demás es soberbia, vanidad. Firma aquí, con tu sangre. ¿Listo? Gracias por abjurar aunque todos sabemos que eppur si muove...



Retrato de Sor Juana
Juan de Miranda
Del enigma de la abjuración de Sor Juana, de esos últimos años que tuvo que vivir renunciando a ser ella, expiando el indecible pecado de la inteligencia, Kyra Galván ha construido una hipótesis novelística tan deslumbrante que si non è vera, è ben trovata. Si todo lo que ha develado en este libro excepcional no es cierto, merece serlo, por bien estructurado, por bien hallado por una mente de escritora que ha dejado plasmada en estas páginas su madurez intelectual y gozosa.
En una entrevista de 2010, Kyra Galván manifiesta que ha intentado poner carne a los huesos de Sor Juana. Ha hecho esto y más, mucho más. Ha puesto pasión, motivaciones, olores, colores, lenguaje, detalle, humor, aventura, deliciosa truculencia, suspense, alquimia, humanidad, amor, inmortalidad y poesía. Ha llenado los huecos de la crónica oficial con una imaginación empapada de memoria. Memoria colectiva, memoria lógica, memoria femenina y memoria mexicana. Ha desentrañado a la monja de los billetes y de los libros de texto y hasta de cierta hagiografía para jugar con un desparpajo y una inteligencia que hubieran encantado a la jerónima y que a nosotros lectores y lectoras del siglo XXI nos seducen e interpelan, nos hacen reír y nos hacen pensar, relacionar, volver a leer y volver a mirar.

Venus de Urbino. Tiziano
Porque tiene una gran dimensión iconográfica este libro. La portada basada en una idea original de Ámbar Galán y que obedece a la imaginación de la escritora es ya una alegoría que hubiera aprobado la creadora del Neptuno alegórico. Una alegoría y un sincretismo como Quetzalcóatl y la Virgen de Guadalupe, como Sor Juana misma, como los retablos barrocos y los exvotos: mirada sobre mirada que a fin de cuentas nos mira. Rompecabezas que el lector armará, como armará las piezas dispuestas en una novela que, al igual que todas las grandes obras, nos habla finalmente de nosotros mismos.